Nuestro Fundador

Padre Manuel d’Alzon, un apasionado del Reino de Dios

Cristo es mi vida!

Cuando ve a su pueblo en necesidad, Dios llama a algunos hombre. Les da la gracia de sentir y amar como El. Les comunica capacidad emprendedora. Los llama y los envia.

En la Iglesia del siglo XIX, Manuel d’Alzon es uno de estos hombres. Sensible, por naturaleza y por gracia, a los grande cambios de su pais y del mundo tras la Revolucion Francesa, sufre alli donde Dios es amenazado en el hombre y el hombre es amenazado como imagen de Dios.

Se siente impulsado a compartir con otros hermanos su pasion por la venida del Reino de Dios, su pasion por Jesucristo y por todo lo que Jesucristo ama. Y lo quiere llevar a cabo primero con los laicos anted de hacerlo con sus hermanos y hermanas asucionistas. Emmanuel d’Alzon les presenta las grandes causas de Dios y del hombre de su epoca. Les orienta por caminos nuevos y audaces: mision de Oriente, periodismo, peregrinaciones, seminarios para pobres, etc

Pero ante todo les invita en una unica dirrecion a “buscar el Reino de Jesucristo en ellos y a su alrededor”. Despues de su fundador, la Asuncion ha continuado y quiere seguir su obra, por amor a Cristo y para que llegue el Reino de Dios. (Padre Herve Stephan, A.A.)

 

Sobre la vida del Padre Manuel d’Alzon

Manuel d’Alzon nace en el seno de una familia Aristocrática el 30 de agosto de 1810 en Vigan (Gard) al sur de Francia. El 2 de septiembre del mismo año es bautizado, este sacramento erá fundamental en su vida, porque cada año de su vida lo celebra como el nacimiento a la vida de la gracia.

En 1823 empieza su educación en París en los colegios Saint-Louis y Stanislas y el 1 de julio de 1824 realiza su Primera Comunión.

El 15 de marzo de 1823 ingresa al seminario de Montpellier donde permanece un año, hasta que el 26 de diciembre de 1834 es ordenado sacerdote en Roma.

En 1835 regresa a Francia y opta por la diócesis de Nimes, es allí en 1838 cuando es nombrado vicario general de la Diócesis , cargo que ocupa hasta su muerte.

El P. d’Alzon es director espiritual de la Madre María Eugenia de Jesús, fundadora de las Religiosas de la Asunción , canonizada recientemente en Roma. En 1844 se hace cargo del Colegio de la Asunción y lucha por conseguir la libertad de enseñanza para la iglesia.

En la Navidad de 1845, funda la congregación de los Agustinos de la Asunción o Asuncionistas. Inician el noviciado junto a él un laico y cuatro sacerdotes del colegio.

En Mayo de 1845, se ve aquejado de una grave enfermedad, que lo obliga a varios meses de descanso.

En 1863 funda en Constantinopla la Misión de Oriente, hasta que en año 1865 funda la congregación de las Oblatas de la Asunción, en ese momento dedicadas exclusivamente para la nueva misión. Mientras tanto el P. Esteban Pernet, uno de sus primeros discípulos funda junto a María Antonieta Fage la congregación de las Hermanitas de la Asunción.

En 1870 participa del Concilio Vaticano I como teólogo de su Obispo. Hasta que el 21 de Noviembre de 1880 muere en el colegio de Nimes, sitiado por la fuerza pública, que amenaza con expulsar la congregación de Francia.

El 21 de diciembre de 1991: el Papa Juan Pablo II lo declara venerable.
El Venerable Padre Manuel d’Alzon vive momentos muy agitados en Francia: diferentes regímenes políticos, diversas revoluciones (1830, 1848, 1870), varias represiones sangrientas de manifestaciones obreras, períodos de crisis, etc. Herederos de la Revolución Francesa , los hombres del movimiento social quieren una sociedad basada en los derechos del hombre y no en los de Dios. Así pues, la opción pro o contra Dios jugaría un papel importante en la vida social.

El Padre d’Alzon no puede aceptar un sistema que rechace a Dios. Pelearía por Dios, por Jesucristo y por la Iglesia con la oración, la palabra y la acción. Con ese mismo carisma y fieles al espíritu de San Agustín, los Religiosos Asuncionistas se comprometieron en la evangelización las masas con peregrinaciones, medios escritos y rehaciendo la unidad de las iglesias cristianas en torno al Papa.